El martes 23 de mayo, en la solemne ceremonia en que se celebró el 229 aniversario de la Comuna, se declaró Hijo Ilustre de Linares, al Sacerdote Carlos Guilfredo Terán Castillo por su destacado servicio pastoral, social y misionero en tierras maulinas, así como también, por 22 años en el continente africano, donde sirvió a las comunidades que más sufrían, salvando vidas a riesgo de la propia. Entregaron esta distinción el Sr. Alcalde de la Comuna Don Mario Meza Vásquez, acompañado del Honorable Consejo Municipal.

Breve presentación del galardonado

El P. Carlos nació en Linares el 2 de octubre de 1952. Forma parte de una familia de 9 hijos. Desde pequeño se pudo vislumbrar su vocación sacerdotal, fue ordenado presbítero el 24 de octubre de 1981, por Monseñor Carlos Camus Larenas, en la Iglesia Catedral de Linares. Durante 24 años estuvo como Misionero en Ruanda, África. Allí conoció de cerca la pobreza extrema, la hambruna, el genocidio, la guerra y los campos de refugiados. Un misionero no sólo lleva la Palabra de Dios y se ocupa de robustecer la fe, porque ante todo se ocupa de la dimensión humana de la comunidad en la que se entrega. Por eso las primeras tareas que asumió este Sacerdote fue satisfacer las necesidades básicas de la comunidad, tales como: crear comedores para alimentar a los niños, conseguir doctores, cuidar enfermos, gestionar ayuda comunitaria, enterrar a los fallecidos y entregar capacitaciones en las áreas agrícolas y de construcción. El trabajo fue intenso y a la vez gratificante, sumando a esa labor la creación de un orfanatorio para niños que perdieron sus familias, la reubicación de jóvenes para darles mejor futuro en países europeos y también en Chile. La creación de un grupo de acróbatas de Gatenga, con la cual realizó una gira por Italia e incluso fueron recibidos por el entonces Papa Juan Pablo II. La creación de un grupo musical y una serie de acciones de voluntariado en favor de niños, jóvenes, adultos y ancianos diezmados por la guerra y la hambruna. 

Una vez de regreso en Chile, a principios del 2000, y bajo el alero de la comunidad Salesiana formó distintos grupos pastorales como el voluntariado Giuliano Verizzi que, tras 20 años, continúa viviendo el carisma del servicio a los demás. El 2002, se estableció en la Obra Salesiana donde se desempeñó como Vicario Pastoral y párroco, transformándose en un pilar fundamental en el proyecto de reconstrucción del Templo de la Parroquia destruido por el terremoto del 27/F del año 2010. El 2015, entra a formar parte de la Diócesis de Linares, como párroco de Empedrado y Nirivilo y desde el 2017 es párroco de la Iglesia Corazón de María en Linares y Santa Rosa de Melozal. Para él ser sacerdote y misionero es entregar la vida sin pedir nada a cambio. 

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